HIPERBÓLICA





Intervención en espacio público de la ex-torre de la antigua Secretaría de Relaciones Exteriores, al departamento número 915 del Edificio Chihuahua en Tlatelolco. 

La pieza se basa justamente en hacer equivalentes dos dimensiones: por un lado lo histórico y por el otro lo personal. De igual manera la obra nos ofrece la posibilidad de la ubicuidad, la oportunidad de visitar ambos lugares conectados por la cuerda, haciendo evidente el cambio de perspectiva que sugiere esta frágil línea amarilla. Desde la torre se domina el paisaje, uno esta por encima de todo, desde el departamento se impone la presencia de la torre. Es en ese sentido, que estamos hablando de dos imágenes unidas por una cuerda que en su recorrido establece su forma, una trayectoria hiperbólica. Finalmente, podemos decir que esta obra es también un recordatorio, un memento mori construído 51 años después de lo acontecido, un recordatorio de cierta trayectoria, quizás la trayectoria de una bala.


Con una cuerda de más de 400 metros de largo, hice un amarre entre una oficina en la antigua Torre de Relaciones Exteriores y mi departamento en el piso 9 del edificio Chihuahua en Tlatelolco. En diferentes momentos de la historia de la torre de Relaciones Exteriores, fue un lugar donde se ejercía el poder del Estado, en diferentes direcciones. Primero, como un lugar donde durante muchos años se manejó la relación entre México y el resto del mundo. En segundo lugar, habitantes de la zona y numerosos testigos que participaron en las protestas estudiantiles de 1968, suponen que ese fue el lugar desde donde se organizaron los ataques a la manifestación en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre.

Esta acción abordó el problema de la visibilidad como metáfora de la dirección de la mirada (interior-exterior, público-privado, cerca-lejos), reconociendo y ampliando los límites de estas dos oposiciones.


Using a rope over 400 metres in length, I created a link between an office in the former Foreign Office Tower and my apartment on the 9th floor of the Chihuahua building in Tlatelolco.
At different points in history the former Foreign Office Tower was a place where the power of the state was exercised, in different directions. First, as a place where for many years the relationship between Mexico and the rest of the world was managed. Second, inhabitants of the area and numerous witnesses who were involved in the 1968 student protests, surmise that this was the place from which the attacks on the demonstration on the Plaza de las Tres Culturas were organized, the leaders of the demonstration occupying the balconies of the Chihuahua building.
This action engaged with the problem of visibility as a metaphor for the direction of the gaze (interior-exterior, public-private, near-far), recognizing and expanding the limits of these two oppositions.